Con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBT, quería escribir sobre la mejor manera de cómo madres y padres deben reaccionar cuando se enteran que sus hijos/hijas son gays o lesbianas. Haciendo trabajo de campo se me ocurrió preguntarle a una amiga lesbiana sobre cómo le gustaría a ella que su madre y padre hubieran reaccionado cuando se enteraron de la noticia. Me dijo que la pregunta le había dejado un poco out, que luego me mandaba algo… Poco rato después me llega un mail. Lo leí. Tres veces. Vale diez. Y entendí que hoy era ella, Trisha Takanawa quien tenía que aconsejaros. Aquí os lo dejo.
“Esta es una pregunta difícil, porque probablemente tendría que enfrentarme a muchas cosas dentro de mi. Mis propios prejuicios, expectativas… porque como la mayoría, los padres intentan materializar sus sueños a través de su descendencia. Cuando era niña, también me imaginaba con 30 años casada (con un hombre), con una casa con hipoteca y un trabajo fijo. Esas eran mis expectativas. Y a veces es inevitable extrapolarlo y convertirte en un padre tóxico. Pero hay que evitarlo por todos los medios: tú puedes enseñarle lo magnífica que es la vida, viajar, leer, conocer gente, la música… pero será él el que elija ser psicólogo o ingeniero. Así que sólo te queda desarrollar su autonomía, enseñarle todas las opciones y no juzgarle.
Como mujer lesbiana pronto descubrí que no tenía referentes, y que los que tenía no me servían…de hecho, si me pongo a pensar, la única lesbiana que conocía es la típica señora masculina de pelo corto que hay en todo pueblo que todo el mundo sabe que lo es. Ni me veía reflejada en ella ni la consideraba mi tipo. En realidad, nunca lo había pensado pero creo que siempre fui injusta con ella. Esa señora es muy valiente, se quedó en su pueblo y visibiliza otra realidad, una que cada día vemos más no sólo en grandes ciudades, sino en pueblos. Pero alguien tuvo que ser la primera.
Así que por un lado, ser homosexual es crecer sin expectativas, que tiene su parte buena y su parte mala, porque claro… las heterosexuales tenéis lo vuestro, con aquello del príncipe azul y roles tradicionales, así que bueno, ni tan mal, al menos nosotros tenemos que construirnos nuestros propios referentes. Pero lo primero sería precisamente eso, tranquilizarle y mostrarle desde que fuera una criatura referentes de todo tipo (familiares, amigos, personajes de las series…), evitar comentarios tan clásicos como de mal gusto como el típico ” ya tienes novio, bonita?”. En definitiva, enseñarle que puede ser lo que quiera y amar a quien quiera.
Para eso, debería haber una labor previa, pero eso tú ya lo harías bien: lo de enseñarle que no tiene que ser una princesa vestida de rosa que adore las muñecas y las cocinitas, a no ser que verdaderamente le apasionen. Lo mismo para los chicos: ellos pueden llorar y jugar con una pistola de agua, pero si les gusta jugar a cocinar, ¿por qué no? Los roles asignados a los géneros tradicionalmente son dañinos y caducos, pero es que además no representan la orientación sexual de alguien. Vamos, lo que tu llamarías educar de forma inclusiva y minimizando el heteropatriarcado. Que tengan muy claro que si son buenas personas y son felices, da igual lo que les guste.
Huelga decirlo pero ser gay no lleva implícito ser un promiscuo, y ojo, serlo no está mal. Pero como cada persona que se ríe y frivoliza con el tema del orgullo LGBT, los tacones, la purpurina, las carrozas y tal, les diría lo de Stonewall: fueron las trans con sus tacones y su brillantina las que se enfrentaron a la brutalidad policial. Así que si durante el World Pride la gente se pinta con los colores de la bandera arco iris la cara, baila y ríe están celebrando precisamente eso: que gracias a ellas hoy podemos hacerlo, pero que muchas otras personas aun no pueden.
Luego hay un tema transversal pero fundamental: la confianza. Que tu hijo sea capaz de confiar en ti, no solo para lo bueno, también para sus dudas, sus fallos, sus miedos… saber que siempre vas a estar ahí.
Eso es lo que desearía que mis padres hubieran hecho y lo que yo intentaría hacer con mis hijos, si es que algún día tengo.”
Gracias Trisha Takawana!