ELSA, la motivación para el cambio

La semana pasada hablé con Elsa, me acuerdo de ella de vez en cuando y del proceso que hizo, (siempre recuerdo las personas que han estado en terapia y me pregunto cómo les irá). Hace algunos años que pasó por aquí y podía imaginarme que le iba bien. Y así es.

Elsa, es una chica joven que llegó a la consulta tras varios años en una relación abusiva, donde había sufrido mucho en todos los sentidos, muchísimo. Había acabado secundaria y llegó el momento de ir a la universidad, no tenía claro su futuro y decidió tomarse un año sabático, esto no lo veían bien en casa. En casa había mucha preocupación por Elsa, conocían alguna parte de su relación anterior, (alguna parte) sabían que lo había pasado mal y no entendían que no quisiera estudiar fuera en ese momento.

Elsa, es una chica con talento, una joven de mente abierta, con inquietudes, decidida, reflexiva e inteligente…y AHORA LO SABE. Cuando empezamos el proceso terapéutico, apenas podía hablar de como se sentía, le costaba expresarse. Dejar una relación abusiva no es nada fácil, entran en juego muchas emociones, el miedo, la pena, la vergüenza…pese a esto, había elegido romper hacía unos pocos meses, (os había dicho que era decidida). Estaba confusa, se sentía culpable, su expareja seguía presente de alguna manera. Elsa quería recuperarse, aprender a ser ella misma y mejorar el clima en casa. Ya con la demanda clara, comenzamos a trabajar.

Elsa puso todo de su parte en el proceso, un proceso que no era fácil, aprovechaba las sesiones al máximo y cuando le sugería alguna tarea, llegaba a la siguiente sesión con la tarea hecha, pensada y repensada y siempre era enriquecedor escucharla. Había momentos que me daban ganas de levantarme y aplaudirla (venga, vale, si… alguna vez lo hice).

A través de la externalización, la proyección al futuro y la reelaboración del trauma, poco a poco Elsa descubrió en quien quería convertirse, qué cosas quería de una relación y qué cosas no (entendió que la opción de estar sola también era una buena opción), conoció mas su cuerpo y entendió las diferentes fases por la que pasaba; la tristeza, la rabia y finalmente la aceptación. Incluso verbalizó con su gente la relación tan dura que había tenido, y encontró en ellos y ellas apoyo y comprensión.

Invité a su familia a acudir a alguna sesión, lo cual fue positivo. Elsa se tomaba un año sabático si, pero sólo de estudios. En ese año trabajó, hizo voluntariado y su familia entendió que no era un año perdido, era un año para curar, un año para encontrar sus motivaciones. Y así fue. Hoy en día Elsa estudia eso que siempre le gustó, está motivada y sacando buenas notas, confía más en ella misma, se siente libre y sigue su camino. Seguirá aprendiendo de ella y de lo que le rodea y seguramente sepa que lo que ha vivido, lo más difícil, le ha servido para algo.

Cada caso es un mundo, porque cada persona somos un mundo. El mundo de Elsa ahora es mejor, más equilibrado, más consciente. Desde un principio Elsa estuvo motivada para el cambio, desde luego a corto plazo no le fue fácil, a largo plazo le ha merecido la alegría.

Para SUPERELSA:

Es tiempo para el cambio

PD: Por supuesto los casos que pueda publicar, aunque son reales, llevan nombres ficticios y añado algunos cambios en la historia, siempre para proteger los datos de carácter personal.